El ventrílocuo.

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Caminaba por el pasillo de la estación de policía, eran las 3 de la madrugada, me dirigía a la sala de interrogación, pues no tenía mucho que se había capturado a un hombre, el cual era responsable de varios asesinatos, de echo era una de las peores escorias de la humanidad, según el perfil que tengo entendido, era un pederasta, violo y mato a varios niños, teníamos ya varios reportes de escuelas, todos de niños y niñas desaparecidos anteriormente, de los cuales solo se encontraban sus cadáveres o jamás se les volvía a ver, pero por alguna razón un tiempo, esta persona dejo de operar, creímos que se había ido del país para no ser encontrado, pues ya teníamos nuestras sospechas de quien se trataba, lo más raro del caso, es que el mismo hombre fue quien decidió entregarse finalmente, nos llamó y nos suplicó que fuéramos por él, confeso solo algunos de los crímenes que hizo para que fuéramos por él lo más pronto posible, se lo que piensan, bastante raro, tal vez solo se trataba de una trampa echa por el mismo criminal, quien probablemente sofoco a otra persona para que se entregara, pues no me imagino que una persona con tal historial decidiera entregarse solo así, pero en cuando llegamos al lugar, no nos quedó la más mínima duda de que él decía la verdad y en realidad era quien dijo ser, pues la dirección nos llevó a un edificio en el cual el habitaba, al entrar pudimos ver que todos era un gran desorden, basura por donde quiera, muebles, incluso había golpes y rasguños en las paredes, al observarlas solo creímos que eran de algunas víctimas, tuvimos que forzar la puerta para entrar, pues aquel sujeto estaba tirado en posición fetal llorando, cuando lo capturamos, pudimos ver que tenía unas ojeras muy grandes, eso quería decir que no había dormido tal vez por días además, estaba completamente desaseado, como si no se hubiera bañado en semanas, su ropa igual estaba muy sucia, como si se tratase de un vagabundo, nosotros lo levantamos y lo llevamos a la estación, yo fui por un café, pues era muy claro que nos esperaba una larga noche, mi compañero se encargó de lo demás, yo entonces entre a la sala, mi compañero estaba sentado con aquel tipo, aquel tipo no dejaba de abrasar sus piernas mientras se balanceaba como si de un niño traumado por algo que lo asusto se tratase, entonces mi compañero comenzó con el interrogatorio.
Mi compañero: bien, quiero que te tranquilices para que puedas contestar mis preguntas ¿Entiendes?
El hombre: ¿Dónde está? ¿Está aquí?
Aquel hombre, comenzó a ver toda la habitación de una forma muy paranoica.
Mi compañero: ¿De quién habla? ¿Tiene algún cómplice?
Aquel hombre se paró de una forma muy brusca y comenzó a caminar por todos lados, como si buscara algo, mientras balbuceaba “no está aquí verdad”
Mi compañero: señor, le ordeno que se siente, no quiero usar la fuerza.
El hombre: no, no, no puede ser, yo lo guarde bien, imposible que lo trajeran aquí.
Mi compañero: señor, no puedo ayudarlo si no me dice de quien habla.
El hombre: ¡¡EL MUÑECO!! ¿No lo encontraron? ¿O sí?
Mi compañero: ¿Muñeco? No poseía uno cuando lo encontramos.
El hombre: así debe ser, no debe salir, no, no, no lo busquen.
Mi compañero: señor, una vez más le ordeno que se siente y se tranquilice.
Aquel hombre, después de casi haber inspeccionado toda la habitación, por fin se sentó.
Mi compañero: ¿Usted fue quien nos llamó?
El hombre: si, yo fui.
Mi compañero: ¿Y es usted quien mismo se acusa?
El hombre: así es oficial, rápido ¿Qué más pruebas quiere? Para que me encierren de una vez, solo aléjeme de ese infierno, no quiero volver ahí.
Mi compañero: entiendo, ¿Porque no me habla de aquel famoso muñeco? ¿Qué es lo que tiene?
El hombre: nada, nada, solo que no debe salir de donde lo escondí.
Mi compañero: señor, debe de entender, que esa respuesta que me da, son para levantar más sospechas y buscar aquel muñeco.
El hombre: ¡¡NO!! No lo entiende, no debe salir.
compañero: muy bien, porque no empiezas por el principio, háblame más sobre tus delitos.
Aquel hombre comenzó a agarrarse la cabeza, comenzó a frotarse el cabello.
El hombre: yo, yo, recuerdo que, me ponía afuera de las escuelas con mi muñeco, era como una demostración gratis, para que me contrataran en los shows de las escuelas, pero no solo para eso, pues también, siempre me sentí atraído por los niños, las personas menores, aquellos indefensos infantes, cada ocasión que se me presentaba, atraía aun niño o niña con la promesa de que le haría un show especial solo para ellos, pero que tendrían que venir a mi casa, pues ahí estaban mis escenarios especiales, les decía que no era mucho tiempo, solo unos minutos y después los llevaría a su casa, muchos cayeron con eso, pero en cuando se levantaban sospechas solo me cambiaba de escuela, había una persona que me ayudaba con mis cuartadas, en caso de que quisieran apuntarme como sospechoso.
Mi compañero: ¿Quién era esa persona?
El hombre: el dueño del edificio, pues en una ocasión, cuando recién había secuestrado a una niña de 9 años, el toco mi puerta, pues venia por el dinero se su mensualidad, yo no lo tenía, pues nadie me había contratado por el momento, pero entonces se me ocurrió una idea, le aria una oferta que sé que no rechazaría, lo invite a pasar y le empecé a explicar mi oferta, al principio se negaba, pues creía que lo estaba vacilando, yo entonces lo lleve a la habitación donde estaba la niña, de ese modo llegamos a un acuerdo, yo le conseguía más niñas para darse gusto y le me dejaría vivir aquí, sé que tenía otros gastos, así que cuando terminábamos de usar a los niños hasta lo que más se pudiera, los asesinábamos y vendíamos sus órganos en el mercado negro.
Mientras escuchaba la historia de este tipo, me preguntaba a mí mismo, ¿Cómo puede haber gente así en este mundo?
Mi compañero: bien, ahora ¿Dónde se encuentra el dueño del edificio?
El hombre: está muerto.
Mi compañero: ¿Lo asesinaste?
El hombre: no, yo no lo hice.
Entonces yo intervine en el interrogatorio.
Yo: espera un momento, el edificio donde estabas, tenía entendido que el dueño desapareció, tengo el reporte en los archivos.
Mi compañero: es cierto, yo también lo leí.
El hombre: pero no es así, él está muerto.
Mi compañero: ¿Cómo aseguras su muerte? Si tú dices que no tienes nada que ver.
El hombre: el me lo dijo.
Mi compañero: ¿Quién? ¿De quién hablas? ¿El dueño?
El hombre: no, el muñeco.
Mi compañero: ¿Por qué metes al muñeco en esto? ¿Qué relación tiene?
El hombre: es el, o ellos.
Mi compañero: explícate.
El hombre: todo iba normal, recientemente acabábamos de deshacernos de una niña de 8 años, cuando esa noche, mientras dormía, una risa me despertó, creí que era alguien que andaba por los pasillos, pues se escuchaban que era una risa de algún niño jugando por ahí, al menos así la escuche yo, sin embargo cuando abrí mis ojos lo primero que llamo mi atención fue mi muñeco que estaba sentado en una silla justo frente a mi cama, como si aquel muñeco estuviera observándome dormir, yo la verdad no recordaba dejar alguna silla ahí o al muñeco dentro de mi habitación, yo lo ignore al principio, pues creí que lo había dejado ahí y por alguna razón lo había olvidado, el problema radico que, después de esa noche, aquel evento se repetía cada noche sin falta, trate de guardar el muñeco en otros lados, la sala, el ático e incluso en una caja de madera con varias cosas encima, pero aquel evento se repetía una y otra vez, así que se me ocurrió una idea, en una ocasión cuando visite al duelo del edificio, lleve al muñeco apropósito, a él le invente un pretexto tonto para que me dejara llevarlo y así apropósito lo olvide ahí, ese día, dormí bien, pero al día siguiente a primera hora el dueño toco a mi puerta, me entrego al muñeco, me conto con mucho miedo la anécdota que le había pasado con el muñeco, yo no le dije nada , solo le dije que se calamara, que no había nada que temer, que era solo su imaginación.
Mi compañero: me imagino que la anécdota era la misma que la tuya.
El hombre: así es, fue ahí cuando supe que no estaba loco, que eso realmente pasaba, busque más soluciones trate de vender el muñeco, regalarlo e incluso lo tire y abandone, pero seguía regresando, a veces fingía estar dormido, solo veía sombras pequeñas de niños con mis ojos entre cerrados, corrían de un lado a otro, entonces lo intuí, aquellas sombras oh lo que fueran aquellas cosas eran quienes ponían al muñeco en aquel lugar, y digo cosas porque cuando logre verlas inspeccione la casa hasta el último rincón, pensando que alguien se había colado, no encontré nada, todo fue así hasta que llego aquella noche, aquella maldita noche.
Mi compañero: ¿Cuál noche?
El hombre: vera, el dueño del edificio, comenzó a visitarme frecuentemente, me decía que soñaba aquel muñeco que le hablaba, lo veía caminar y moverse solo en sus sueños.
Mi compañero: ¿Qué cosas le decía?
El hombre: el no entendía, pues eran más bien risas, susurros, todo se combinaba cuando aquel muñeco abría la boca, de ese modo el no entendía lo que decía, eso lo comenzó a asustar, pues llego a tal punto que no dormía, yo lo calme, pues se empezó a poner paranoico y amenazó con denunciar todo lo que hacía, yo le dije que si eso pasaba él se iría conmigo pues él había participado en cosas al igual que yo, le dije que alguien vendría por el muñeco hoy mismo, pues ya había encontrado a un comprador.
Mi compañero: ¿A quién se lo vendiste?
El hombre: eso era falso desde luego, solo se lo dije para que se tranquilizara, el entonces se retiró más tranquilo, entonces yo tome una decisión, esta misma noche, yo quemaría a ese infernal muñeco, era la única solución que había, pero, parece que, él también podía leer mi mente, pues cuando ya me disponía a quemarlo, no lo encontraba por ningún lado, por un momento creí que todo había acabado, pensé que se había ido por su cuenta, sentí alivio, pero eso duro poco, pues en mi habitación escuche unas leves risas, yo pensé que había sido mi imaginación.
Mi compañero: me imagino que después de todo si lo quemaste ¿No?
El hombre: me hubiera gustado que así fuera, pero, solo fue el inicio del verdadero tormento.
Mi compañero: ¿A qué te refieres? ¿No ya estabas sufriendo?
El hombre: eso también lo creí yo, entonces, me dirigí a mi habitación, y, ahí estaba, acostado en la cama, como si me estuviera esperado, aquel muñeco me miraba, yo enojado, decidí ir a tomarlo para quemarlo y acabar con todo esto, pero antes de que llegara a le, la luz se fue, solo la luz de la luna alumbraba aquel muñeco, el pánico me invadió, pues las risas se volvía a escuchar, yo trate de salir de ahí, pero la puerta se cerró de golpe, entonces aquel muñeco giro la cabeza, me miro y entonces abrió la boca “¿Vas algún lado?” dijo aquel muñeco, yo me quede en silencio del impacto “ ¿creí que disfrutabas estar con nosotros?” volvió a decir el muñeco, yo por mi parte, me arme de valor para contestarle, yo le dije ¿Qué quieres de mí? Aquel muñeco tardo un poco en contestar, pero en cuando lo hizo dijo “ solo queremos jugar contigo un rato, así como tú con nosotros, el otro no aguanto mucho, se cansó de jugar” yo no entendí al principio, hasta que recordé al dueño del edificio, y así comenzaron los peores días de mi vida, todos los días escuchaba risas de niños, me decían que si trataba de deshacerme del muñeco entonces yo de verdad conocería el verdadero dolor, yo me aterre, trate de contárselo a alguien más, pero solo me tachaban de loco, así poco a poco comencé a aislarme, un día me canse y tome a aquel muñeco, lo lleve al bosque para enterrarlo, creí que pararía todo, pero en cuando llegue, las puetas se cerraron, las ventanas, todo, las risas comenzaron a hacer más fuertes y más fuertes, sombras por aquí y por allá, las cosas se movían, todo empeoro, trate de suicidarme, pero creo que eso era lo que aquello quería que hiciera, que la acompañara a ese lugar tan oscuro, y así fueron pasando, los días, las semanas, poco a poco fui perdiendo el sueño, mi cordura fue deteriorándose poco a poco, pero sabía bien en el fondo que si ese muñeco salía de donde lo deje empeoraría todo, las opciones se me acaban, así que opte por mejor entregarme, a donde sea que fuera, creo que sería mejor que aquel infernal lugar.
Mi compañero: ¿De verdad crees que te creeré todo eso? Si crees que te libraras de la desaparición de tu cómplice, para que no testifique más crímenes en tu contra, estas muy mal, mañana serás procedido y enjuiciado, así que te sugiero que inventes una mejor historia.
El hombre: lo que sea, será mejor que estar en ese infernal lugar.
Aquel hombre fue enjuiciado, sin embargo, por esa historia, lo declararon no consiente de sus facultades mentales, así que lo encerraron en un hospital psiquiátrico, un día, tranquilo mientras platicaba con mi compañero, precisamente hablando de aquel caso, pues estábamos en desacuerdo de aquel juicio, una llamada al radio nos hizo ponernos en marcha, la llamada provenía de aquel hospital psiquiátrico, donde aquel hombre fue encerrado, acudimos de forma inmediata, nuestro jefe ya estaba ahí.
Jefe de policía: al fin llegan, era mi prioridad hacerlos venir a ustedes 2.
Yo: ¿Por qué jefe?
Jefe de policía: verán, aquel hombre que hace algunas semanas atrás se entregó, y fue enviado aquí, desapareció.
Mi compañero: ¿Cómo que desapareció? ¿No escapo?
Jefe de policía: no es así, verán, sospechamos que fue alguien más quien lo desapareció, por eso los mande llamar a ustedes, ya quienes fueron ustedes que lo interrogaron aquella noche, ¿No les hablo de algún enemigo?
Yo: que yo recuerde no.
Mi compañero: solo hablaba de un muñeco.
Jefe de policía: ¿Un muñeco?
Cuando al jefe le dijimos de eso, creímos que nos regañaría porque pensaría que era una broma, pero solo puso una cara de mucha seriedad.
Jefe de policía: entiendo, acompáñenme.
Mi compañero y yo nos miramos, y lo comenzamos a seguir.
Mi compañero: pero no entiendo jefe, según el interrogatorio, no dijo nada de un enemigo o familiar, además no creo que alguien como él tenga a un conocido que lo ayudara a escapar.
Entonces el jefe nos guió hasta la oficina donde estaban las pantallas de las cámaras de seguridad.
Jefe de policía: quiero que miren esto, es la grabación del pasillo fuera de su habitación.
Comenzaron a reproducir una grabación en una pantalla, la grabación fue tomada a las 3 de la madrugada, en ella se observaba un hombre con una vestimenta rota y muy sucia, como si aquel hombre hubiera estado atrapado en un túnel de excavación, aquel hombre en sus manos llevaba un muñeco, entonces cuando pudios ver su rostro, de forma inmediata como si un chispazo por mi cabeza llegara, lo reconocí.
Yo: ¡Esperen! Ese tipo.
Jefe de policía: ¿Lo reconoces?
Yo: si, es el dueño del edificio, el que desapareció igual, era cómplice de ese sujeto ¿Y qué paso adentro?
Jefe de policía: pues…
Entonces pusieron otra grabación, en ella se veía la parte de adentro de la habitación, estaba aquel hombre sentado en el suelo, el otro hombre que tenía el muñeco, entro por la puerta de la habitación, como si no tuviera ninguna seguridad, aquel hombre se levantó del suelo de forma repentina.
El hombre (en la grabación): ¡NO!, ¿¡TU QUE HACES AQUÍ!? ¡AYÚDENME!
Entonces la grabación se cortó, hubo un silencio total por un momento.
Mi compañero: ¿Pero? Y la seguridad ¿Nadie se percató?
Yo: y la puerta ¿No tenía seguro?
Jefe de policía: ese es otro problema, nadie vio nada, y nadie se explica cómo entro a la habitación, las puertas tienen llave, la cuales solo posen el personal, ¿Cómo es que ese hombre entro? Es un verdadero misterio.
Mi compañero: ¿Hay alguna otra pista?
Jefe de policía: solo una cosa más, tienen que verlo.
El jefe de policía salió de ahí y nos guió hasta la habitación de aquel hombre, al entrar solo había en la pared de la habitación, un mensaje con sangre que decía “Te encontré”, ha pasado algún tiempo y el paradero de aquel tipo con el otro y el muñeco, sigue sin respuesta, no aparecieron más pistas, supongo que hay cosas en este mundo que no tienen respuesta, solo pasan, pero, supongo que es cierto lo que dicen, a todos nos toca lo justo.



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